La séptima temporada del programa de televisión Australian Idol ya lleva varias semanas en antena, por lo que nunca está de más comentar el desarrollo del concurso, empezando por la emisión del pasado domingo 27 de septiembre, en la que los nueve participantes que quedan intentaron dar lo mejor de sí en una gala dedicada a éxitos de los 80.

En esta ocasión, el programa empezó (como es habitual) con una canción de grupo: el top10 de concursantes interpretando el hit de Duran Duran, Girls On Film.
Semana tras semana, el principio de la gala sirve para anunciar a las tres personas con menos votos del público y, seguidamente, la eliminación de una de ellas (la menos votada). Nathan, Kim y Sabrina fueron los nominados en esta ocasión, quedando la última de ellos fuera del concurso después de haber destrozado When Love Takes Over de David Ghetta y Kelly Rowland la semana pasada.
La primera actuación de la noche fue la de Nathan Brake interpretando el tema de Bon Jovi Livin' On A Prayer. Este joven de 17 años, a pesar de tener una muy buena voz, no acaba de despegar como artista, lo que le puso en el llamado bottom three (o lo que es lo mismo, nominado). Los comentarios de los jueces fueron positivos en general con cierta crítica respecto a sus criterios a la hora de elegir temas.
Después de Nathan fue el turno de uno de los favoritos de la temporada, Scott Newnham. Su versión de Let's Groove de Earth, Wind & Fire volvió a hacerle ganar el favor del público del plató y de los jueces, que por algún extraño motivo está enamorado de él y lo tienen como el "niño mimado del concurso". Honestamente el muchacho no es para tanto, pero algo nos dice que aguantará hasta el final de Australian Idol gracias a la falta de espíritu crítico de los espectadores.
La actuación de Hayley Warner vino después. La rockera de la temporada interpretó Dancing In The Dark de Bruce Springsteen con su peculiar estilo. Su voz y personalidad destacan en cada una de sus actuaciones, pero aún no llega a llenar el escenario, le falta cierta chispa, aunque le pone ganas (e incluso tocó la batería). Nuevamente los jueces destacaron su energía y vitalidad, pidiendo que siga siendo ella misma y luchando por ser una artista, no una marca.
El profesor de primaria Toby Moulton volvió a conquistar el corazón de madres y abuelas con I Want To Know What Love Is de Foreigner. Una actuación correcta siguiendo en su línea como intérprete de baladas que seguramente le mantendrá en el concurso como uno de los concursantes más entrañables de todos.
Tras estar a punto de abandonar el concurso como nominada, Kim Cooper trató de ganarse a la audiencia y al jurado cantando la versión que hizo Kim Wilde de You Keep Me Hangin' On (original de The Supremes). La reacción del jurado fue variada, destacándose sus progresos a nivel vocal y su genuino espíritu dedicado a la música pop, aunque... ¿será suficiente para no ser eliminada la próxima gala? Quizás no...
Tim Johnston fue el siguiente concursante en actuar. Tras no convencer del todo la semana pasada con su versión de What Goes Around.../...Comes Around de Justin Timberlake, esta vez optó por interpretar algo más lento como Heaven de Bryan Adams. Se trata de uno de los concursantes más atractivos de esta edición, cosa que alabaron los jueces, aunque también se le remarcó que es hora de pasar a otro nivel y sorprender si desea ganar el concurso.
Posteriormente, When The Going Gets Tough, The Tough Get Going de Billy Ocean fue el tema elegido para esta gala por la chica "country" del programa, Kate Cook. Los jueces criticaron la elección del tema y su poco creíble interpretación, valorando sobre todo su desperdiciado talento y voz en esta actuación. De todos modos, Kate tiene mucho talento y permanecerá en Australian Idol seguramente. Citar la curiosa forma de los jueces de criticar la canción y el intérprete original de ésta, cosa que es poco profesional por su parte... Sin comentarios.
La penúltima persona en actuar fue otro de los favoritos del concurso, Stan Walker. Purple Rain de Prince le sirvió para recibir una ovación general del público y del jurado, que definieron su actuación como sensacional por encima de la del resto de concursantes. Inexplicablemente los jueces de Australian Idol se encargan de manipular a la audiencia para que crea que la interpretación fue inigualable, pero comparando esta versión con la que Ruth Lorenzo hizo el año pasado en el X-Factor, hay que decir que la versión de Stan está muy por debajo de la de la española.
La gala la cerró James Johnston con The Power Of Love de Huey Lewis And The News. Una buena actuación que también fue bien recibida, aunque sin llegar al entuasiasmo de la de Stan.
En general, se trató de una gala sin muchas sorpresas y en la línea del Idol australiano: jueces poco críticos, actuaciones muy stándar, y poco más. A ver qué pasa la próxima semana.
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